La obligatoriedad de disponer de un Delegado de Protección de Datos (DPD) nació en 2018, con la aplicación del Reglamento General de Protección de Datos Europeo (RGPD) en España.
El DPD la persona responsable de supervisar si se está cumpliendo adecuadamente la normativa en materia de Protección de Datos Personales en una organización.
A su vez, esta persona es la encargada de colaborar con la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ante cualquier reclamación o incidente.
¿Qué se requiere para ser DPD?
Para poder adoptar la figura de Delegado de Protección de Datos, la persona deberá tener conocimientos especializados en Derecho y Protección de Datos, para poder así ejercer sus funciones dentro de la organización.
¿Quién tiene la obligación de designar un DPD?
– Organismos públicos.
– Organizaciones que traten un gran volumen de datos personales.
– Entidades que, por el tipo de datos que tratan (salud, orientación sexual, opiniones políticas…) se consideren especialmente sensibles: Clínicas de salud privada, centros educativos, residencias de ancianos…
¿Qué tipo de empresas se benefician al designar un DPD?
Todas las empresas son beneficiadas al contar con un DPD, dado que disponer de un consultor especializado en materia de protección de datos puede suponer ventajas, tanto en el funcionamiento diario de la entidad, como ante una incidencia o inspección de la Agencia de Protección de Datos.
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Qué importante es contar con profesionales en protección de datos. Al fin y al cabo, la normativa cada vez se está volviendo más estricta y hay que tener más cuidado. Creo que un profesional especializado en este campo es fundamental para el correcto desarrollo de la actividad empresarial.